Somos lo que jugamos
Cuando un niño arropa a su muñeca, inventa su historia o le cura una herida imaginaria, en realidad está aprendiendo herramientas que le acompañarán siempre: la empatía, la imaginación y el cuidado. Pero sobre todo, está creando un vínculo que perdura en el tiempo y que jamás se borra de su memoria. El mismo vínculo que todos tenemos con nuestro juguete favorito, por mucho que pasen los años.
Estas Navidades, ayúdanos a reunir las historias y recuerdos de las muñecas que nos hicieron ser quienes somos.